lunes, 17 de noviembre de 2008

¿CRISIS DEL CAPITALISMO?


ECONOMÍA


Las páginas de la historia económica, son en buena cuenta, sumatoria de crisis, depresiones y recesiones económicas mundiales. Las crisis económicas son un elemento inherente al modelo capitalista, vale decir un sistema que difícilmente puede coexistir sin alguna complicación. Desde su solidificación como sistema maduro, segunda mitad del siglo XIX, el capitalismo no ha podido sacudirse de sus propios fantasmas. Sus altibajos y mutaciones continuas, parecen ser parte componente de sus estructuras. En ese orden de cosas los ciclos económicos (Auge, depresión, recesión, etc) reflejan el verdadero espíritu del capitalismo. La imperante ausencia de mecanismos de control y regulación vuelven agresivamente a demostrar la carencia de coherencia de los administradores y del modelo mismo. No es la primera vez que el sistema capitalista necesita una cuota de revisión. En los años treinta (1929), el liberalismo clásico ya era incapaz de rescatar al capitalismo. Justamente el ascenso de J.M. Keynes (1883-1946) a la escena mundial, significó en el fondo la reformulación del sistema y la “Salvación del capitalismo desde el capitalismo”. Las políticas económicas de Keynes sin embargo no tendrían por que considerarse triunfo de la izquierda económica. Para Keynes la reingeniería del sistema debía hacerse desde las entrañas del propio sistema. Parecía en todo caso, la decadencia del pensamiento clásico Smitoniano. La falacia de que el mercado se autorregula solo y que la “mano invisible” inteligentemente nos lleva a un bienestar general, quedó como una mala demostración del teorema. Las políticas económicas intervencionistas de corte Keynesiano de los años 60, suponían una mayor expansión en el crecimiento del producto vía el gasto público y reducción de los impuestos. La solución keynesiana a la crisis de aquella época apareció como una solución mágica. Para J.M. Keynes, autor de “La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero” (1936), el sector privado era inestable y la responsabilidad del estado suavizar este fenómeno. El keynesianismo, pensaba que la economía no tendería de manera automática hacia el pleno empleo y que no se podría esperar que las fuerzas del mercado fueran suficientes para salir de la recesión. Para el Lord Keynes la regulación de los mercados desde la perspectiva estatal se convertían en axiomas impostergables. Son innumerables las crisis atravesadas por el capitalismo. En la década de los 80, las crisis financieras en México, Argentina, Rusia y Japón y demás países, eran ya características domésticas del capitalismo. Para K. Marx autor del “El capital”, el capitalismo era un sistema en declive y un eslabón para el establecimiento del comunismo. Según el fundador del marxismo, el sistema capitalista registra una nueva crisis cada 8 años y medio. En cambio para el economista ruso Nicolai Dimitriev Kondratieff (1892-1938), las crisis económicas estructurales superaban los 40 y 50 años. A pesar de todo ello, Francis Fukuyama (EE.UU-1952), autor “El fin de la historia y el último hombre”, puntualiza que hemos llegado a la era del único pensamiento (establecimiento de la democracia liberal y el auge impecable del capitalismo). Lo cierto es que la crisis financiera mundial del 2008, llamará a los ideólogos del sistema a una reformulación indefectible y aprehender que el mercado no es la panacea a todos los problemas y que el estado debe asumir sus funciones de regulación. Sostengo en este artículo que es difícil la desaparición del sistema capitalista. Como todo modelo de sistema económico humano, debe ser reformulado cuando no cubre sus expectativas. La lección que nos deja esta crisis, es que el mercado sin el estado es una combinación mortal. “La crisis del capitalismo para nada es el triunfo del comunismo”.

lunes, 10 de noviembre de 2008

EL FMI Y LA CRISIS MUNDIAL

ECONOMÍA

Después de la beligerante segunda guerra mundial (1939-1945), Europa quedó literalmente en ruinas. En ese contexto era necesario empezar la reconstrucción social, política y sobre todo económica. Así es como nace el FMI, una seria necesidad de brindar ayuda financiera a las naciones en quiebra así mismo impedir una nueva depresión global (1929). Es claro que la institución financiera más grande del planeta, ha sufrido una serie de mutaciones y cambios radicales que hoy por hoy no son suficientes. La labor actual del FMI, tiene su punto focal financiero en los países que son básicamente sus socios, inclusive sus recetas económicas están en relación directa a las reformas estructurales que ellos mismos aprueban y que las naciones solicitantes desarrollan. Las cartas de intención son una prueba de la condicionalidad de los créditos desembolsados.

También es pertinente recordar que muchas de las políticas emanadas del corazón del FMI, engendraron un verdadero fiasco. Los diversos países deudores luego declararon que el FMI, recetaron estrategías carentes de lógica y racionalidad económica. Cuando era evidente aumentar los tipos de interés, el FMI sostenía reducir los tipos de interés. Creando un circulo vicioso permanente, de continuo requerimiento de préstamos y por ende mayor ganancia. Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, escribe en la página 143, de su libro “El malestar en la globalización”, lo siguiente: El FMI diseñó una estrategia cuyo efecto fue aún peor que las políticas de “empobrecer al vecino” que devastaron a los países del mundo durante la depresión de los años treinta. Pero lo que ahora se retruca al FMI, es la abismal miopía con que observó la crisis hipotecaria y luego crisis financiera mundial. La parálisis se quedó latente en la poca inercia para prever las crisis Brasileña, Asiática, Rusa y Argentina. Su autismo podría en la actualidad ser un acto de irresponsabilidad o una acción premeditada. Lo cierto es que el FMI, goza en el presente de un desprestigio mundial. A esa deteriorada imagen se suma la crisis financiera interna. En el 2007, el FMI obtuvo un déficit de 83 millones de $, en el 2008 la cifra aumentó en 206 millones de $ y para el 2009 esta superaría los 299 millones de $. Esta crisis se radicaliza con los pagos adelantados de las deudas de Argentina (9500 millones de $) y Brasil (15570 millones de $). Por un lado la crisis financiera mundial ha licuado su patrimonio, por el otro hay menos países complacientes en mantener las deudas a largo plazo. Conjuntamente a ese panorama, los países socios están solicitando una reingeniería total al seno del FMI. El G-20, en su última reunión ha deslizado la idea de la renovación ulterior de la arquitectura financiera actual, por otro estado de cosas. ¿Podrá el FMI sacar provecho de esta crisis, en donde los países requieren de dinero fresco para poder sortear el vendaval? ¿Como prestar dinero que no se tiene? ¿Estará en condiciones el FMI de colectar dinero barato de las instituciones privadas, para luego prestar a los demás países? ¿Como prestar dinero a largo plazo, cuando las naciones se han dado cuenta que eternizar las deudas es hipotecar el futuro de nuestros hijos y nietos?