jueves, 28 de febrero de 2008

¿EL COMERCIO ES LIBRE?

En la modernidad presente, es casi un sacramento cristiano, hablar del libre comercio. Lo escuchamos en panel-forum, debates y cuanto congreso técnico exista. Representa simbólicamente el fluido de productos entre humanos. La extensión de la creación productiva del hombre civilizado. La materialización objetiva de las leyes del intercambio. Algo así como un semidiós griego. Enciende pasiones a flor de piel. Crea la línea invisible entre globófilos y antiglobalizadores. El credo hecho espíritu. Pero, lo real es que ese libre comercio, de un tiempo hasta esta parte, se ha convertido en una utopía, debido a las grandes restricciones de los actores con poder en el mercado mundial. Si bien es cierto, el comercio de hoy supera largamente a la actividad comercial de la edad media, esto no quiere decir que el comercio se disemina en bondad a todos los agentes comerciales. El comercio de hoy, caracterizado por el desplazamiento de artefactos, automóviles, bienes de capital y bienes de alta tecnología, son que duda cabe la transformación del comercio tradicional.

Al actual panorama, tenemos que adicionarle que son las grandes potencias quienes en la práctica imponen extensas barreras al normal funcionamiento del comercio mundial. Barreras arancelarias, cuotas a la importación, subsidios agrícolas e industriales, son formas extremas de cómo se protege a los compatriotas. Los otros no deben competir con los nuestros, por lo tanto el discurso libre-comercial no se puede sostener en la vida doméstica. Fomentamos la industria nacional y reducimos las importaciones del exterior, como una dimensión del mercantilismo del siglo XVII. Las distorsiones generadas a raíz del fenómeno, concuerdan con la poca rentabilidad de aquellos países menos industrializados o emergentes.

La idea de corregir estas anomalías, por intermedio de negociaciones en Uruguay y Doha, incrementando la apertura de los límites de los estados nacionales, asumiendo el verdadero espíritu del pensamiento liberal, haciendo un llamado a la conciencia de los partidarios de la anarquía y de las economías cerradas, el comercio mundial es una suerte de fracaso inminente. Habría que preguntarle a los del G-8, por que no quieren un acuerdo global, para echar andar la rueda de la producción y el comercio total, sin obstáculos caprichosos. ¿Por qué EE.UU, U.E, China, Japón no eliminan los subsidios?
¿No es que el comercio es libre y fluido? ¿Por qué la OMC, no puede sostener e intervenir con absoluta libertad en los asuntos? ¿Por qué cada vez las instituciones supranacionales pierden soberanía e independencia?




lunes, 25 de febrero de 2008

BIOCOMBUSTIBLE Y POBREZA

Uno de los problemas actuales y que están causando una amplia preocupación a nivel internacional, es sin lugar a dudas la crisis de los alimentos. Sobretodo en lo que respecta a los precios de productos de una gran demanda, como son: El maíz, el trigo, la cebada, soya y otros. En el caso de los países más pobres, es evidente el malestar, debido a que las dietas mínimas de sus habitantes, tienen un alto componente de consumo de los referidos productos domésticos. Entonces la pregunta que podemos hacernos es la siguiente: ¿Quiénes son los más afectados con la subida de los precios? ¿Qué productos pueden comer los pobres, si es que suben los precios de los alimentos más tradicionales?


Pero en realidad, que es lo que pasa para que los precios de los alimentos se disparen. Muy simple, EE.UU y Brazil, están en un proyecto para la elaboración de biocombustible, vale decir combustible sin los elementos contaminantes que tiene el petróleo, denominado limpio. Para cumplir el objetivo es necesario transferir grandes extensiones de terreno del área agrícola al sector industrial, lo que impulsa a una mayor demanda y por lo tanto un aumento en los precios. Analizado así, los campesinos tendrán mayores impulsos en producir para la elaboración del biocombustible, y no necesariamente para el consumo humano. En el campo social, las mutaciones serian también desastrosos: descontento masivo, altos segmentos de la población desnutrida, mayor pobreza, peor salud, etc. Y siendo mas radicales podría generarse un convulsión con resultantes impredecibles.


En el campo económico, el contexto crearía las condiciones para mayores inflaciones, debido a que el maíz, el trigo, son parte fundamental de la canasta familiar, sustitución del patrón de consumo, hacia el consumo de otros productos como tubérculos y cereales. Inversión en compra de terrenos para el área agrícola. En el caso de los países pobres, recibirían menos donaciones y por lo tanto la pobreza podría sufrir un revés mayúsculo. Con los precios más altos de los alimentos se hace casi imposible la ayuda humanitaria, sobre manera en el África, el continente más pobre, dicho sea de paso.

Si bien, en EE.UU y Brazil dada la producción de biocombustible, ayudaría al incremento del nivel de vida de sus poblaciones, y una protección decidida al medio ambiente a costa de mayores precios en los productos, lo que generaría un desmedro en el consumo mínimos de nutrientes de los segmentos menos favorecidos.
La crisis de los alimentos, de por si refleja una mayor brecha social y económica entre los distintos países del mundo.





sábado, 23 de febrero de 2008

CUBA Y SU CAMINO

Este es un extracto de algunas preguntas claves, sobre el rumbo que tomará Cuba, después del anuncio de renuncia del legendario líder Cubano Fidel Castro a seguir al mando de la presidencia de su país.

P= pregunta
R= respuesta (Econ. Richard Vera Morán)


P: ¿Debemos tomar en serio la renuncia de Fidel Castro?
R: Antes que una renuncia, es en realidad una transferencia de poder, a su hermano Raúl. Motivo por el cuál no debemos esperar mayores novedades.

P: ¿Entonces seguirá intacto el pensamiento Castrista?
R: Yo creo que si. El gobierno de Raúl Castro tendrá en la sombra ideológica a Fidel. Son casi inexistentes las condiciones para una reforma en Cuba.

P: ¿Entonces se levantará el embargo?
R: No creo que los norteamericanos sean tan ingenuos. Ellos saben que Fidel no se irá y por lo tanto las sanciones seguirán cobrando vida. Pero esto no significa que no tenga que levantarse este mecanismo por todo el mundo criticado.

P: ¿Pero Cuba hoy se erige como una potencia en salud y educación?
R: La respuesta es afirmativa, ¿pero a que precio social? En Cuba no existen las libertades individuales. Entonces de que valen la buena salud y educación, sino existe lo más preciado por la raza humana, la libertad.

P: ¿Qué tendría que pasar para que Cuba, empiece a caminar por la senda de la reforma y las transformaciones?
R: Primero que Fidel Castro muera, y después que se geste un movimiento al interno de Cuba y que administre la transición hacia una nueva dimensión política y económica.

P: ¿Pero en Cuba cohabitan tres sectores bien marcados?
R: Es cierto. Ninguno de ellos tan fuertes como para imponerse.

P: ¿De que manera los disidentes pueden crear las condiciones para una transición democrática?
R: Lógicamente financiando la salida de Fidel y creando las condiciones a nivel de los fueros internacionales, para volver y tomar el control del país.

jueves, 21 de febrero de 2008

EL DESORDEN GLOBAL

Esta terminología que denota ausencia de orden y equilibrio, fue acuñada por Peter Drucker. Es lo más próximo a la realidad en pleno siglo XXI. Estamos como en un proceso de transición, que como es propio de estas dinámicas, no podemos divisar claramente un horizonte contundente. El caos reinante traspasa casi todos los niveles del quehacer humano. La economía, la geopolítica, el orden social y la política misma. Los actores nuevos, todavía no se ubican y maduran del todo dentro del ajedrez internacional. Como consecuencia lógica el poder global, tiene que ser diseminado en distintas direcciones. Las instituciones transnacionales son cada vez más perforadas de manera mediática. La fragilidad evidente del contexto, ha llevado a muchas naciones a una carrera por la integración y regionalización. Los menos poderosos apelan a una suerte de internalización en el juego diplomático. Los que detentan el poder, a una política exterior mucha más ortodoxa, que la usual. En la economía actual, no podemos aseverar que país o bloque tiene la posibilidad de asumir un nato liderazgo, por que el ciclo económico de la década pasada, por su naturaleza propia brilló para todo el orbe. En la geografía geopolítica, también sucede casi el mismo fenómeno. No existe un bloque que brille con luz propia. Aunque las naciones integrantes de estos bloques, empiezan a reconfigurarse y reinventar sus visiones del futuro. Así mismo en materia política, los bloques compiten por hacerse de un espacio significativo. Es un mundo frágil, desordenado, transitivo y por lo tanto inconsistente.

El panorama podría cambiar en los próximos años, para lo cual dependerá del manejo no solo de la economía, la política, la diplomacia, sino del manejo de las crisis y del efecto que tiene las políticas públicas. El antagonismo de los bloques, hasta el momento se ha dejado ver en asuntos como las guerras y los conflictos. Existe un lado que no es explotado, como son la defensa de los derechos humanos, la oposición al armamentismo nuclear, las políticas de salud, como alivio a una serie de enfermedades que de pandemias, hoy recorren como fantasma casi todos los países.

Pero no todo desorden, camina a la deriva. El modelo geopolítico actual, está diseñado para que el líder pueda llenar el espacio y organizar las relaciones internacionales. Este es el caso de EE.UU, que a pesar de sus derrotas en IRAK y la oposición de la comunidad internacional, aún mantiene cierto peso en el teatro llamado tierra.

“En el país de los débiles, el menos débil es el más fuerte”