lunes, 25 de febrero de 2008

BIOCOMBUSTIBLE Y POBREZA

Uno de los problemas actuales y que están causando una amplia preocupación a nivel internacional, es sin lugar a dudas la crisis de los alimentos. Sobretodo en lo que respecta a los precios de productos de una gran demanda, como son: El maíz, el trigo, la cebada, soya y otros. En el caso de los países más pobres, es evidente el malestar, debido a que las dietas mínimas de sus habitantes, tienen un alto componente de consumo de los referidos productos domésticos. Entonces la pregunta que podemos hacernos es la siguiente: ¿Quiénes son los más afectados con la subida de los precios? ¿Qué productos pueden comer los pobres, si es que suben los precios de los alimentos más tradicionales?


Pero en realidad, que es lo que pasa para que los precios de los alimentos se disparen. Muy simple, EE.UU y Brazil, están en un proyecto para la elaboración de biocombustible, vale decir combustible sin los elementos contaminantes que tiene el petróleo, denominado limpio. Para cumplir el objetivo es necesario transferir grandes extensiones de terreno del área agrícola al sector industrial, lo que impulsa a una mayor demanda y por lo tanto un aumento en los precios. Analizado así, los campesinos tendrán mayores impulsos en producir para la elaboración del biocombustible, y no necesariamente para el consumo humano. En el campo social, las mutaciones serian también desastrosos: descontento masivo, altos segmentos de la población desnutrida, mayor pobreza, peor salud, etc. Y siendo mas radicales podría generarse un convulsión con resultantes impredecibles.


En el campo económico, el contexto crearía las condiciones para mayores inflaciones, debido a que el maíz, el trigo, son parte fundamental de la canasta familiar, sustitución del patrón de consumo, hacia el consumo de otros productos como tubérculos y cereales. Inversión en compra de terrenos para el área agrícola. En el caso de los países pobres, recibirían menos donaciones y por lo tanto la pobreza podría sufrir un revés mayúsculo. Con los precios más altos de los alimentos se hace casi imposible la ayuda humanitaria, sobre manera en el África, el continente más pobre, dicho sea de paso.

Si bien, en EE.UU y Brazil dada la producción de biocombustible, ayudaría al incremento del nivel de vida de sus poblaciones, y una protección decidida al medio ambiente a costa de mayores precios en los productos, lo que generaría un desmedro en el consumo mínimos de nutrientes de los segmentos menos favorecidos.
La crisis de los alimentos, de por si refleja una mayor brecha social y económica entre los distintos países del mundo.





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