La violencia, entendida como la coerción y trasgresión de uno sobre los otros, no es un invento exclusivo de estos 100 años próximos. La condición humana como diría F.Kafka, sufre a menudo abismales mutaciones. El lobo del hombre es el propio hombre, sentencia con singular estilo Thomas Hobbes. En cambio Friederich Nietzsche, simulando al profeta Zarathustra, concuerda en afirmar: “He encontrado más peligros entre los hombres que entre los animales”. Es una forma singular de decirlo, aunque la violencia siempre tiene la misma careta, sufre a diario nuevas expresiones y estilos. Estamos expuestos hoy por hoy, a una violencia social cada vez más doméstica, derivada de la misma sociedad, familia, escuela y por supuesto de los medios de comunicación masiva.
En el contexto del espacio internacional, tal violencia, tiene por lo general las mismas naturalezas. ¿Estamos viviendo el choque de civilizaciones? ¿La intolerancia cultural hace presa del planeta tierra? ¿Estamos preñados los seres humanos de incontrolable violencia? Son en realidad interrogantes que vamos a develar.
Después del 11 de septiembre del 2001, el mundo occidental, no es el mismo. Quedó descubierto frente a todo el orbe, que la nación más segura del mundo, en efecto no lo era. Fallaron los instrumentos de seguridad y defensa. La anti-inmigración en los EE.UU. cobró más fuerza. Nadie podía entender como un puñado de jóvenes de origen Árabe, había secuestrado los aviones y se disponía a estrellarlos en el corazón de las finanzas internacionales. Las cadenas televisivas en tiempo real, comunicaba al mundo de los acontecimientos. Un 11-S que fractura el fémur de la historia. Luego devendrían las preguntas lógicas: ¿Puede el mundo islámico hacer todo esto? ¿En el fondo es una declaración de guerra? ¿Puede considerarse en contexto que mahoma declaraba la guerra al cristo de los cristianos?
Samuel Huntington, escribió en 1996, un libro titulado: “El choque de Civilizaciones: Y la reconfiguración del orden mundial”. Allí sostenía que las guerras en el futuro, dejarían de ser guerras ideológicas, políticas y económicas, para convertirse en culturales, por lo tanto la guerra no de imperios y sociedades, sino por el contrario derivadas de las diferenciaciones culturales. Aquí transcribo parte de su libro antes mencionado: En el mundo de la posguerra fría, las banderas son importantes, y también otros símbolos de identidad cultural, entre ellos las cruces, las medias lunas, e incluso los modos de cubrirse la cabeza, por que la cultura tiene importancia, y la identidad cultural es lo que resulta más significativo para la mayoría de la gente. Para el autor, es inevitable la confrontación entre Occidente y el Islamismo. Más para Huntington el mundo Árabe, está pasando por un periodo de cohesión, demográfica y de consolidación religiosa. Los ejemplos serian innumerables: La resistencia de Irak, la política de Irán en materia nuclear, la aparición de movimientos como Hamas y Hézbola, etc. La pregunta cae por si sola: ¿Puede el mundo Islámico competir en igualdad de condiciones, frente a Occidente? ¿O es que acaso, todos los atentados provienen de un segmento pequeño de fanáticos y fundamentalistas? Ahora bien los atentados realizados por Islámicos, no pueden considerarse en número de victimas mayores, a otro tipo de muertes, como por ejemplo: Suicidios, muerte natural, accidentes y guerras como las hechas en Irak. Por lo tanto pretender asignar al terrorismo internacional importancia mayúscula, es el motivo fundamental, para endurecer la política exterior. Además asumir eso, significa que todos los Árabes son violentos y despiadados. No creo que exista choque de civilizaciones, creemos que lo que existe es una reacción natural en cadena, por las acciones militarizas y diplomáticas de Occidente.
En el contexto del espacio internacional, tal violencia, tiene por lo general las mismas naturalezas. ¿Estamos viviendo el choque de civilizaciones? ¿La intolerancia cultural hace presa del planeta tierra? ¿Estamos preñados los seres humanos de incontrolable violencia? Son en realidad interrogantes que vamos a develar.
Después del 11 de septiembre del 2001, el mundo occidental, no es el mismo. Quedó descubierto frente a todo el orbe, que la nación más segura del mundo, en efecto no lo era. Fallaron los instrumentos de seguridad y defensa. La anti-inmigración en los EE.UU. cobró más fuerza. Nadie podía entender como un puñado de jóvenes de origen Árabe, había secuestrado los aviones y se disponía a estrellarlos en el corazón de las finanzas internacionales. Las cadenas televisivas en tiempo real, comunicaba al mundo de los acontecimientos. Un 11-S que fractura el fémur de la historia. Luego devendrían las preguntas lógicas: ¿Puede el mundo islámico hacer todo esto? ¿En el fondo es una declaración de guerra? ¿Puede considerarse en contexto que mahoma declaraba la guerra al cristo de los cristianos?
Samuel Huntington, escribió en 1996, un libro titulado: “El choque de Civilizaciones: Y la reconfiguración del orden mundial”. Allí sostenía que las guerras en el futuro, dejarían de ser guerras ideológicas, políticas y económicas, para convertirse en culturales, por lo tanto la guerra no de imperios y sociedades, sino por el contrario derivadas de las diferenciaciones culturales. Aquí transcribo parte de su libro antes mencionado: En el mundo de la posguerra fría, las banderas son importantes, y también otros símbolos de identidad cultural, entre ellos las cruces, las medias lunas, e incluso los modos de cubrirse la cabeza, por que la cultura tiene importancia, y la identidad cultural es lo que resulta más significativo para la mayoría de la gente. Para el autor, es inevitable la confrontación entre Occidente y el Islamismo. Más para Huntington el mundo Árabe, está pasando por un periodo de cohesión, demográfica y de consolidación religiosa. Los ejemplos serian innumerables: La resistencia de Irak, la política de Irán en materia nuclear, la aparición de movimientos como Hamas y Hézbola, etc. La pregunta cae por si sola: ¿Puede el mundo Islámico competir en igualdad de condiciones, frente a Occidente? ¿O es que acaso, todos los atentados provienen de un segmento pequeño de fanáticos y fundamentalistas? Ahora bien los atentados realizados por Islámicos, no pueden considerarse en número de victimas mayores, a otro tipo de muertes, como por ejemplo: Suicidios, muerte natural, accidentes y guerras como las hechas en Irak. Por lo tanto pretender asignar al terrorismo internacional importancia mayúscula, es el motivo fundamental, para endurecer la política exterior. Además asumir eso, significa que todos los Árabes son violentos y despiadados. No creo que exista choque de civilizaciones, creemos que lo que existe es una reacción natural en cadena, por las acciones militarizas y diplomáticas de Occidente.
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