martes, 18 de marzo de 2008

NIETZSCHE : ¿LA MUERTE DE DIOS?

En los anales de la historia filosófica, la figura de F. Nietzsche, debe ser seguramente la más emblemática y polémica. Ningún filósofo como el, engendró tanto afán y revisionismo. Y es que el pensamiento filosófico es la manera puntual y particular de entender los problemas del mundo. Todas las culturas de la antigüedad y las mismas de hoy, entienden los problemas del conocimiento, la ética y la existencia de una perspectiva propia. Los Incas y sus dioses politeístas, los egipcios, los fenicios, los griegos y sus dioses del olimpo, entablaron una relación cada uno a su modo con la madre naturaleza. No por casualidad los primeros iconos adorados fueron los rayos, el sol, la luna, la lluvia, etc.
En general Nietzsche, es el filósofo rebelde y contestatario, dueño de un estilo sacado de cuadro. A veces extravagante y con un lenguaje poético, en mucho de los casos radical y como el se considera: Nihilista hasta los huesos. El nihilismo es la negación de toda creencia. Además es una doctrina de corte anarquista, surgida en Rusia en el siglo XIX. Su filosofía constituye de por si, un elogio de todos los valores vitales, a la vez que una crítica de la cultura, especialmente de la filosofía y del cristianismo, que según Nietzsche han llevado al hombre a una posición de letargo y sumisión, que han impedido que el hombre se desarrolle en espíritu libre.

Nietzsche, pertenece a la corriente filosófica denominada irracionalista. Centró su pensamiento en cuatro pilares: la voluntad de poder, el superhombre, la autosuperación de la moral y el eterno retorno. Nietzsche supone que así como el hombre creó a Dios, él mismo lo ha matado, por eso habla de la muerte de Dios. Además propone que la urgencia en torno a Dios, es por el afán humano de no recibir el castigo divino y por la añoranza en el paraíso, que es una esperanza del cristianismo. Para el filósofo la religión cristiana es el obstáculo, de la verdadera dimensión del hombre. Según Nietzsche, el cristianismo reprime a la verdadera naturaleza del ser humano. Propone así mismo la emergencia del superhombre, que no condiciona su temperamento a ninguna escala de valores, sobre todo a los conservadores.

“Para Nietzsche, la historia debía ser el eterno retorno de lo grande y de lo admirable que en ella acontecía. Por mucho sufrimiento que se produjese, el superhombre siempre debía soportarlo alegremente”

Bibliografía:
“El nacimiento de la tragedia”
“Así habló Zarathustra”
“Más allá del bien y del mal”
“Crepúsculo de los ídolos”
“El anticristo”
“Ecce homo”

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